Publicado el 01/10/2018
Katia Trusich: Innovación y cambio cultural (Diario La Segunda)
Los centros comerciales son uno de los lugares con más afluencia de público en el país: más de 720 millones de visitas anuales demuestran la preferencia de los chilenos por concurrir no sólo a comprar, sino que a utilizar servicios o realizar actividades de esparcimiento, gastronomía, deporte y encuentro, entre otros.
Ello representa una enorme oportunidad para que los centros comerciales puedan contribuir a informar y educar a la población acerca de temas de interés para la comunidad como campañas de prevención de salud, sustentabilidad, cuidado del medio ambiente, seguridad o protección de menores, por citar algunos. De hecho, ya se desarrollan en estos establecimientos actividades culturales, artísticas y deportivas, ratificando el carácter social que se han ganado como consecuencia de su atractivo arquitectónico, ubicación y seguridad. Los centros comerciales, de manera silenciosa, han trabajado intensamente por vincularse de manera armónica con sus comunidades, mejorando sus áreas circundantes, conociendo en profundidad sus preferencias y costumbres, y generando mayor calidad de vida en las ciudades donde se emplazan.
La enorme afluencia de público que asiste a los centros comerciales no es fruto de la casualidad, sino que es el resultado de un extenso trabajo de conocimiento, aprendizaje, incorporación de tecnología e inversión en infraestructura de calidad. Estos recintos han sabido reinventarse, interviniendo sus espacios, comprometiéndose con temas sociales, culturales, de sostenibilidad, sumando servicios, entre otros avances. El resultado es una industria exitosa, que continúa en desarrollo y que suma, entre nuestros socios,19 nuevos proyectos.
En pro de esta gran cantidad de externalidades positivas, celebramos la decisión del Ministerio de Vivienda y Urbanismo sobre respetar los acuerdos que se habían logrado en diferentes comunas antes de la Ley de Aportes al Espacio Público. La tendencia internacional se orienta hacia el desarrollo de centros comerciales de usos mixtos, que integran hoteles, oficinas, centros de salud y deporte y, por supuesto, lugares de esparcimiento como cines y restaurantes. Los desarrolladores chilenos siguen hace un rato esta línea, pensando siempre en la necesidad de innovar a partir de las nuevas tecnologías, y en que el objetivo final es leer bien al consumidor.