Publicado el 18/07/2019

Katia Trusich para El Mercurio Valparaíso: «En general, Chile ha cambiado y hay que tener eso en cuenta»

Más del 95% de los centros comerciales que existen en el país están asociados a la Cámara de Centros Comerciales de Chile. En la Región de Valparaíso son trece los desarrollos relacionados a las empresas que pertenecen al gremio.

«El sector de centros comerciales, que es un sector inmobiliario, es muy dinámico que ha sostenido en los últimos años un gran crecimiento a nivel regional y nacional, como también fuera de nuestras fronteras», comenta la presidenta del gremio, Katia Trusich, que da cuenta de la popularidad que tiene este tipo de espacios.

«El año pasado los centros comerciales en Chile registraron 757 millones de visitas el 2018 lo que da cuenta que es el lugar preferido de las personas para hacer sus compras, entretenerse, contratar servicios, en fin, ha sido un modelo exitoso que todavía tiene un espacio de crecimiento en nuestro país», agrega la exsubsecretaria de Economía, respecto a un sector que en la zona ha estado en la palestra por diversas circunstancias, teniendo como uno de sus capítulos más complicados lo sucedido con el Mall Barón, desarrollo que luego de una década se frustró.

– ¿Cuáles son las principales dificultades que ha tenido el sector para desarrollarse?

– Te diría que hay dos temas. Uno es el que apunta al inmobiliario, al desarrollo de proyectos y que se relaciona con la lentitud en la obtención de los permisos para desarrollar un proyecto. Ahí sería óptimo para la verificación de las inversiones y la rentabilidad de los proyectos, tener mayor certeza jurídica de cómo se va a resolver una determinada iniciativa, y los permisos y los tiempos en que se van a obtener. El segundo tiene que ver con el comercio ambulante, con el ilícito en general incluyendo el electrónico donde mucha gente no formalizada está vendiendo en redes sociales y eso le hace un daño al comercio en general. Este un sector que merecer ser cuidado y protegido, sobre todo porque entrega el 20% del empleo a nivel país y mayormente a mujeres.
Mall barón

– Respecto a lo que pasó con el Mall Plaza Barón, ¿se sacó una enseñanza de ese caso o lo toman como un hecho puntual?

– En general, Chile ha cambiado y hay que tener eso en cuenta en todo tipo de inversión, las comunidades son gravitantes en la decisión del uso de los espacios públicos y privados de un cierto territorio. Entonces, hay que escucharlas y hay que empezar tempranamente con las autoridades a trabajar en las expectativas y las posibilidades reales también de un empresario para poder cumplir con las expectativas de esa comunidad.

– Por el tiempo que puede transcurrir.

– Con el fin de llegar lo antes posible a un entendimiento y de esa manera ahorrarnos tiempo tanto a los empresarios como a las comunidades. Y son tiempos de incertidumbre, de no saber qué va a ocurrir con la inversión y por otra parte que la gente sepa que uso se le va a dar a un espacio.

– Es un aspecto a considerar entonces.

– Pienso que eso es un aprendizaje genérico para todo tipo de iniciativas, pero también creo que se requiere mayor diálogo con las autoridades de manera de poder manejar expectativas y realidad. Creo que la llegada de un centro comercial a un barrio es siempre una buena noticia porque es una opción de tener acceso a mayor nivel de servicios y mayor calidad, porque aumenta la competencia, un centro comercial aglutina servicios y también porque tiene un efecto de plusvalía en los terrenos de las propiedades aledañas.

– Siempre ha habido un fuerte interés del sector en la zona costera de la región, pero ahora se aprecia un desarrollo en la zona interior, en Calera o Quilpué. ¿A qué responde esa expansión?

– En la medida que se va satisfaciendo la necesidad de metros cuadrados comerciales en un territorio se empieza también a expandir la oferta hacia otros puntos. En Estados Unidos hay 2,0 m2 de centro comercial por habitante y en Chile es 0,2, entonces vemos que hay espacio de crecimiento, tanto en las zonas metropolitanas como en la zonas con poblaciones más pequeñas.

– ¿Y en materia de seguridad? En la zona se han visto episodios complicados.

– El tema de la seguridad es de nuestras principales ocupaciones, los centros comerciales son lugares seguros y lo que ocurre es que cuando hay un evento complicado es muy mediático y se viraliza rápidamente. Hay un trabajo conjunto con el Ministerio del Interior , el Ministerio Público y las policías trabajando en una agenda de cuatro puntos.

– ¿Qué aspectos toca esa agenda?

– El primero es cambiar el horario de retiro de valores a uno nocturno cuando no hay público en el centro comercial porque eso es siempre un riesgo; también que las tiendas que cuenten con especies superiores a 500 UF puedan declararse como entidades obligadas a trabajar en conjunto con carabineros para certificar que cuentan con ciertas medidas de seguridad como joyerías, relojerías, etc.; el tercer punto tiene que con una mejor coordinación con Carabineros y el último con mejores protocolos de entrega de evidencias con el Ministerio Público.

– Se ha notado el impacto por la menor llegada de argentinos, especialmente en la región.

– Diría que sí. Fue un fenómeno de impacto nacional porque sabemos lo que significó el turismo de shopping sobre todo en la región, entonces las tiendas sobreprogramaron con mucho optimismo en relación a lo que iba a ser la temporada siguiente y se generó mucho stock que no pudieron colocar porque no llegaron los turistas; influye también el hecho de que antes habían dos liquidaciones al año y ahora es algo permanente y ese fue un cambio ante el cual algunas casa comerciales no reaccionaron. Y lo otro es el impacto de la informalidad tanto del comercio ambulante como del comercio electrónico donde se transan bienes sin pago de impuestos ni garantías del producto. Todo eso influyó en una caída del sector minorista.

– Y el comercio físico versus el electrónico.

– Hay un tremendo mito de que el comercio electrónico va a matar a las ventas físicas. El sentido común no dice que la gente no está consumiendo menos. El comercio electrónico representó el 8% en 2018, pero lo restante sigue siendo físico. Y en ese 8% también se considera el ticket de cine, los servicios financieros y turísticos. El nivel de sustitución de la compra física por la electrónica aún es baja.

– ¿Y respecto a los efectos que tiene un centro comercial para el resto de la actividad en las inmediaciones?

– Lo que hemos observado, especialmente cuando llega un centro comercial a regiones es que democratiza el consumo, porque la oferta se atomiza y hay más competencia. También es cierto que la oferta en un centro es bastante estandarizada por lo que queda espacio para que en las afueras se instalen otras ventas. No hay una fórmula, depende mucho del comerciante.