Publicado el 02/06/2025
Tres Cruces alcanza certificación Empresa B y refuerza su impacto sostenible

Tres Cruces alcanza certificación Empresa B y refuerza su impacto sostenible
La terminal y centro comercial Tres Cruces ha dado un paso decisivo en su compromiso con la sostenibilidad al obtener la certificación como Empresa B, un distintivo internacional que avala a las organizaciones que operan con altos estándares de desempeño social, ambiental, de transparencia y responsabilidad empresarial. Esta certificación no sólo reconoce una trayectoria de trabajo orientada al bien común, sino que posiciona a Tres Cruces como un referente en Uruguay en la adopción de modelos de negocio con propósito.
Este logro fue celebrado oficialmente el jueves 29 de mayo con un desayuno en el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU), donde participaron autoridades del complejo, representantes de Sistema B —la organización responsable de otorgar la certificación—, líderes empresariales y Pablo Tarak, uno de los fundadores del movimiento B en América Latina. La instancia sirvió no solo para conmemorar el hito, sino también para trazar el camino que queda por delante en esta nueva etapa de gestión empresarial sostenible.
Ser una Empresa B significa haber superado un riguroso proceso de evaluación que analiza de forma integral el impacto de una organización en diversas áreas, como la gobernanza, el tratamiento a los trabajadores, la gestión ambiental, la relación con la comunidad y la transparencia. En el caso de Tres Cruces, este camino comenzó en agosto de 2022 con un diagnóstico interno exhaustivo, al que siguió una transformación profunda de sus procesos internos.
“Obtener esta certificación es un paso natural dentro de nuestra estrategia de sostenibilidad, que tiene como eje el impacto positivo en lo económico, lo social y lo ambiental”, expresó Carlos Alberto Lecueder, presidente del directorio de Tres Cruces. Según Lecueder, la empresa aspira a ir más allá de la rentabilidad, procurando un modelo que promueva el bienestar colectivo.
El proceso de transformación
El proceso de certificación fue más que un simple checklist de buenas prácticas. Requirió un trabajo interdisciplinario constante, con la implicación activa de los distintos equipos de la empresa. “Fueron más de tres años de trabajo intenso, donde cada jefe, cada colaborador, aportó desde su área para avanzar hacia una gestión con impacto”, destacó Andrés Curbelo, gerente de Administración del complejo.
Este esfuerzo se tradujo en cambios concretos en la gestión del complejo, desde mejoras en la eficiencia energética y campañas de impacto social, hasta una mayor participación de los trabajadores en los procesos de toma de decisiones. Además, el complejo comenzó a medir sus impactos con más rigurosidad, generando reportes y objetivos periódicos que marcan una hoja de ruta clara hacia la mejora continua.
La apuesta por un modelo de negocio con propósito también tiene un correlato en la experiencia del cliente. Desde campañas que promueven la inclusión y la equidad hasta mejoras en la eficiencia de los servicios, la sostenibilidad se traduce en beneficios tangibles para quienes eligen visitar o transitar por Tres Cruces. “Nuestros usuarios saben que están participando de una propuesta que no es neutra, sino comprometida activamente con un modelo de desarrollo más justo y respetuoso”, subrayó Lecueder.
Esto refuerza el valor intangible del complejo como punto de encuentro y como espacio de convivencia ciudadana. Tres Cruces no sólo conecta regiones del país, también busca conectar valores y generar conciencia sobre la importancia del desarrollo sostenible.
Una comunidad de empresas con propósito
Con esta certificación, Tres Cruces se une a una red de más de 20 empresas en Uruguay que forman parte del movimiento B. A nivel global, ya son más de 8.000 las organizaciones certificadas como Empresas B en distintos sectores y países. Esta comunidad promueve una nueva lógica empresarial donde el éxito no se mide exclusivamente por el beneficio económico, sino también por el impacto positivo que se logra en la sociedad y el ambiente.
Felipe Lasida, director ejecutivo de Sistema B Uruguay, destacó la importancia de este paso: “Cuando una empresa como Tres Cruces se certifica, no sólo valida un proceso interno de transformación. También envía una señal muy potente al ecosistema empresarial: se puede hacer negocios de manera diferente, con propósito, y ser exitoso”.
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Por su parte, el cofundador de Sistema B, Pablo Tarak, remarcó que la certificación no debe verse como una meta final, sino como un punto de partida. “Convertirse en Empresa B es iniciar una conversación constante con todos los públicos de la organización: colaboradores, clientes, comunidad. Es una herramienta que te obliga a estar en mejora continua”, expresó durante la celebración.
En este sentido, Tarak valoró que una empresa con la trayectoria y la visibilidad de Tres Cruces se comprometa de forma tan decidida con los valores de la innovación social y ambiental. “Esto genera un efecto multiplicador. Otras empresas se ven inspiradas y se animan a recorrer el mismo camino”, añadió.
Sostenibilidad como ventaja competitiva
Lejos de ser una moda o una estrategia de marketing, la sostenibilidad se consolida como un diferencial competitivo en el mundo empresarial. En un entorno donde los consumidores, los inversores y los talentos valoran cada vez más el impacto ético y ambiental de las organizaciones, ser Empresa B representa una poderosa ventaja estratégica.
La integración de criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) en el centro del modelo de negocio no sólo mejora la reputación corporativa, sino que también fortalece la resiliencia, reduce riesgos operativos y abre nuevas oportunidades en el mercado.
Tres Cruces entiende esto como una responsabilidad, pero también como una oportunidad. Como expresó Curbelo: “Esta certificación no es sólo un reconocimiento externo, sino también una guía para seguir creciendo, midiendo, corrigiendo y mejorando”.
La certificación como Empresa B de Tres Cruces marca un punto de inflexión en la forma en que una empresa de gran impacto social y económico puede liderar con el ejemplo. Este paso reafirma el compromiso del complejo con una forma de hacer negocios donde el éxito empresarial no se contrapone con el bienestar colectivo, sino que lo incluye como parte esencial.
En un mundo que exige cada vez más responsabilidad y acción ante los desafíos climáticos, sociales y éticos, este tipo de iniciativas se vuelven no solo deseables, sino imprescindibles. Tres Cruces demuestra que es posible transformar desde adentro y ofrecer una propuesta de valor coherente, consciente y transformadora.